Por Mª del Águila Troncoso Miranda, terapeuta de Movimiento Integral.
Este es el título de un documento que una amiga y compañera me reenviaba hace unas semanas para que le diera mi opinión sobre si mandarlo o no a un concurso de una revista…
Os lo adjunto para que lo leáis:
“6.00 am: suena el despertador. No tengo fuerzas ni para abrir los ojos, que sueño.
7.00 am: después de ducharme y vestirme, preparar los desayunos, canastos y ropas para el cole de los niños salgo para el trabajo.
16.00: recojo a todos los niños, les preparo la merienda, los pongo a hacer los deberes, mientras yo malcomo al mismo tiempo que pongo la lavadora, la tiendo y preparo mochilas para ir a natación y después a un cumple de un amigo del mediano, es su mejor amigo y él tiene mucha ilusión por ir …
17.30. Mientras nadan, voy al supermercado que está justo enfrente de la piscina y hago la compra.
18.30: dejo a todos los niños en un cumple, mientras aprovecho para repasar el curso de ingles que estoy haciendo, “hay que estar al día”.
20.30: duchas, cenas, planchar la ropa pendiente, leer un cuento a los peques y acostarlos "hoy ha sido un día completo para todos”.
22.00: cenamos rapidito mi marido y yo para seguir con las tareas que nos quedan pendientes, él su doctorado y yo un master, hoy en día hay que estar muy preparado en el mercado laboral.
00.30: me acuesto, no puedo más, que sueño, mañana será otro día.”
No sé si estas palabras se ciñen a su realidad, pero aunque no sea del todo real voy a hacer una reflexión sobre lo que me inspiró leer este texto, porque me consta que si hay mucha gente que vive así la mayoría días. Y sobre todo, lo haré desde la perspectiva de ponernos en ese cuerpo que realiza esa actividad muy a diario:
- Noto tensión en mis hombros, solo de leerlo, y es que lo que más me resuena en todo este documento es “esfuerzo” y “obligación”: esfuerzo para levantarse, esfuerzo empezar el día… preparando ropas, desayunos, esfuerzo para llegar al trabajo, esfuerzo en casa, con los hijos…
- En el cuello y brazos la tensión de tengo que hacer ahora esto, tengo que hacer ahora lo otro…y nunca parar.
- Que la respiración se me bloquea, o se hace muy superficial, se acorta.
- Piernas en acción continuamente para llevarme de un sitio a otro sin parar, tensión en pies y pantorrillas.
Nos hemos parado alguna vez a pensar: ¿Qué pasa con nuestro cuerpo si a lo largo del día no tenemos un rato para disfrutar, y estamos continuamente en el esfuerzo y la obligación? ¿Y si esto se repite en el tiempo…durante años?
Que nos encontraremos con un cuerpo cansado, rígido, con la respiración muy bloqueada y en general con la movilidad limitada por la tensión muscular que nos ha generado el realizar todos esos esfuerzos y cumplir con las obligaciones a lo largo de nuestra vida.
Y que todo eso se puede traducir en enfermedades como contracturas musculares, hernias, “algias” por todo el cuerpo (dorsalgia, lumbalgia, cervicalgia, metatarsalgia…), dolores de cabeza, vértigos, calambres, ansiedad, y así podríamos añadir otros muchos diagnósticos.
Desde la oportunidad que me da este blog, os invito a parar, a bajarnos de ese ritmo en el que nos involucramos a veces para evadirnos, otras porque nos lo impone la sociedad otras por…
Yo lo logré gracias a este método, Movimiento Integral, que me hizo ser consciente de mis tensiones, de porqué estaban y de cómo poder eliminarlas.
Ahora, tengo la suerte de ver cómo muchas personas que se atreven a probarlo empiezan a conocer y a sentir su propio cuerpo, no importa a qué edad, a relacionar síntomas con actitudes y esfuerzos diarios y a cambiar lo que creen que no funciona en sus vidas.
Podemos ser personas más Sanas y más Felices, y podemos transmitir a nuestro entorno más Salud y más Felicidad. Así que yo le preguntaría a mi amiga:
¿TE ATREVES A PROBAR MI?